lunes, 5 de abril de 2010

Toulouse-Lautrec es un pervertido de dos líneas

Seguimos con una frase de cosecha propia...
Esta surgió en una visita a París, al Musée d'Orsay, museo que os recomiendo fervientemente si visitáis París y os gusta pasar un rato "cultural". Su colección de arte de los siglos XIX y XX es impresionante.
Pues la frasecita surgió observando el siguiente cuadro:


Este cuadro, titulado "Seule" ("Sola") es de Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa Tapié de Celeyran, conde de Toulouse-Lautrec-Monfa, más conocido simplemente por Toulouse-Lautrec y fue pintado en 1896.
Toulouse-Lautrec es famoso por sus pinturas de lugares y personajes sórdidos, y en este caso, podemos ver a una meretriz después de una jornada de trabajo, aunque sus obras más famosas son carteles de "salas de fiesta" como el "Moulin Rouge".
Touluouse-Lautrec perteneció a la nobleza francesa, pero la consanguinidad de sus padres (eran primos hermanos), le generó problemas de salud sobretodo en los huesos, y al romperse los dos fémures de pequeño, se quedó en 1,52 metros de altura (más o menos como Torrebruno). Esto, junto con el hecho de que el hombre era un pelín viciosillo, se dio a la mala vida, llegando a tener problemas con el alcohol, que derivó en episodios de locura y neurosis y la sífilis no le ayudó mucho...
Los pocos detalles del cuadro son suficientes para dar una imagen completa de la situación, captando con toda intensidad el momento y la situación, y esa es la gracia de Toulouse-Lautrec.... dos líneas sirven para representar el alma de lo que está pintando. Un genio.
Murió en 1901 con 35 años, bastante hecho polvo, aunque tiene el honor de ser el primer artista que expuso en vida en el Louvre.
Y aquí van dos recomendaciones... (tres contando la que visitéis París y el Musée d'Orsay) en forma de película. Y curiosamente las dos se llaman igual... "Moulin Rouge". La primera es la versión de 1952 de John Houston (uno de los grandes del cine) y es la biografía del propio Toulouse-Lautrec... Un clásico. La segunda recomendación es la versión de 2001, de Baz Luhrmann. Aquí Toulouse-Lautrec tiene un papel secundario (y alejado de la realidad... todo sea dicho), pero es una gran película... si os gustan los musicales



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