viernes, 15 de octubre de 2010

Hay pequeñas mentiras, grandes mentiras y, modelos

Esta frase es una variación de otra en la que lo único que cambia es la palabra "modelos" por "estadísticas". Ambas frases son igual de buenas, pero servidor ha trabajado más con modelos que con estadísticas, así que me quedo con los modelos... y para eso uno es el "bloggero", para poder escoger. Sino, ya me diréis qué gracia tiene esto.

Antes de nada, y para mayor comprensión, quisiera explicar lo que es un modelo. Un modelo es una representación abstracta, conceptual, visual, matemática o física, de fenómenos, sistemas o procesos con el fin de analizar, describir explicar o simular esos fenómenos, sistemas o procesos. Y sé lo que estáis pensando... La definición os ha dejado igual.

Para ilustraros mejor, utilizaré el sistema que usó mi profesor de Mecánica de Suelos (y para evitar los chistes inevitables - valga la contradicción - , no hace falta que hagáis el comentario de si el suelo tiene la junta de la trócola o manguitos... ya os digo yo que no tienen). Pues bien, el primer día de clase de susodicha asignatura, se nos presenta el profesor y nos coloca una transparencia con la siguiente imagen:


Este es un cuadro del pintor belga René Magritte titulado "La traición de las imágenes". Como podéis ver, hay una pipa y un texto en francés, que traducido al castellano es "Esto no es una pipa". Y ahora me diréis... "hombre, esto sí que es una pipa, no me gusta mucho como está pintada, pero se ve claramente que es una pipa". Pues no. Esto es un modelo de una pipa, no una pipa. No podemos coger el cuadro de René y utilizarlo para fumar tabaco u otras sustancias más o menos legales. Es una representación de una pipa, o siendo más puristas, un modelo conceptual de una pipa. Resumiendo; un modelo es algo (no defino el qué) que nos ayuda a comprender como funciona una cosa sin utilizar propiamente esa cosa.

Hay modelos de todo. Modelos económicos, modelos físicos, modelos a escala y hasta modelos de carne y hueso (últimamente más hueso que carne, todo sea dicho). Son herramientas muy útiles, y sin duda, los modelos han contribuido enormemente al desarrollo de las cosas, pero que a veces, mueren de éxito. Nos fiamos tanto de los modelos y de sus predicciones o conclusiones, que salga lo que salga de un modelo tiene que ser verdad por decreto ley. Pues no. Y ahí la gracia de la frase. Los modelos son mentira. Son representaciones de la realidad, pero no son la realidad, y con el añadido de que hemos perdido el espíritu crítico para valorarlos.

Existe una definición de economista que dice que "Un economista es una persona que mañana te explicará por qué fallaron las predicciones que hizo hoy". Es decir, un economista (o cualquier persona que use un modelo) aplica un modelo que cree infalible (todos lo son) y hace una predicción. Y cuando la predicción falla, siempre hay algún parámetro que no había tenido en cuenta y que ha resultado ser vital, pero el modelo es correcto, que conste. Hay modelos que necesitan de tantos parámetros, que es prácticamente imposible tenerlos todos, con lo que las predicciones del modelo no serán ciertas.

Y es que muchos modelos se utilizan para hacer predicciones de futuro. Todos esperamos el final del Telediario para saber si el fin de semana lloverá o no, y hacer nuestros planes. Y todos hemos visto que a veces la predicción falla estrepitosamente. Esto se resume en otra muy buena frase, (que a lo mejor tiene un día una entrada propia en el blog) que es "Hacer previsiones es difícil, aunque lo realmente complicado es hacerlas sobre el futuro". No sabemos que va a pasar en el futuro, con lo que a veces hacer previsiones, no deja de ser un ejercicio de entretenimiento. No se puede controlar todo y tener todos los datos necesarios. ¿Será esto el libre albedrío? (para aquellos lectores interesados, mirad la entrada de "Dios no juega a los dados" en esta misma sala).

Pero el "summum" es creerse más el modelo que la realidad. Hace poco, una persona (con su carrera y su postgrado y toda la parafernalia y supuestamente competente) me dijo que unos datos reales (medidos en campo y reales como la vida misma), no podían utilizarse porque no se ajustaban al modelo de comportamiento existente. Conclusión: Modifiquemos la realidad para ajustarla al modelo y todos viviremos más tranquilos. Esto es como si fuéramos con el paraguas abierto bajo un sol de justicia sólo porque el señor Tomàs Molina ha dicho que lloverá.

Hagamos caso de los modelos, pero no los consideremos "Palabra de Dios".

martes, 5 de octubre de 2010

Estábamos al borde del abismo, pero hemos dado un paso hacia adelante

Y lo dieron. Y la caída duró 40 años.

Esta joya de frase, de una premonición que ni Rappel hubiera visto en sus mejores sueños, se la atribuye a bastante gente, siendo uno de los "afortunados" un tal Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España por la gracia de Dios (y yo me pregunto: ¿alguien le preguntó a Dios si le hacía gracia?).

Realmente la frase tiene gracia (valga la redundancia); es de esas frases absurdas que significan lo contrario de lo que uno quiere decir, pero que así, a primeras, dan el pego. Ya sabemos lo que quería decir el ¿bueno? de Paquillo, que la situación era desesperada (lo que se dice "estar al borde del abismo") y que unos tíos con un "par" se ofrecieron a "arreglar el problema" (lo que se dice "dar un paso adelante"). De lo que no se dio cuenta Paquito, es que si estás en el borde de un abismo y das un paso hacia adelante, lo que vas a experimentar es una fuerza atrayéndote hacia el centro de gravedad de la tierra. Vamos, que te vas a arrear un leñazo contra el suelo que no vas a saber ni dónde te has metido.

Evidentemente, Cerillita (mote que tenía Franco en la familia, palabra), se creyó salvador de la patria contra las hordas judeomasónicas-comunistas impuestas por un gobierno de "Frente Popular" legitimado por las urnas en las elecciones del 16 de febrero de 1936. Quizás habría habido que explicarle al "amigo" en aquel entonces que, en España no quedaban muchos judíos (en los siglos anteriores se había hecho un trabajo eficiente en este aspecto), que los masones cubren todo el espectro político, incluso se decía de su hermano Ramón que era masón (y todo sea dicho, la fijación de Franquito con los masones se debe, según dicen, a que no lo aceptaron en la organización), y que en el 36, en España no había muchos comunistas (en las elecciones consiguieron 14 escaños de 473... un apabullante índice del 2,96%... vamos, que hoy en día hay más comunistas que entonces, y ya es decir).

Supongo que Franco hizo lo que hizo porque creía que hacía lo mejor para el país. Ojo, que nadie se crea que lo estoy justificando. Nada más alejado de mi intención. Y es que me pregunto, ¿el fin justifica los medios? Es decir, por mucho que te quieras tu país, patria, nación, llamadlo como queráis, ¿está justificada una guerra fratricida?, más allá cuando el pueblo que forma ese país, patria, nación, llamadlo como queráis, ha decidido cómo quieren que lo gobiernen. La respuesta es clara: NO.

Pero lo peor, es que luego sumió a España a 40 años de oscuridad y revanchismo. No hubo recuperación económica, se iba a remolque de Europa y los Estados Unidos (interesados en el anticomunismo del régimen), la recuperación de los 60 no era más que un espejismo que estalló en 1973 con la crisis del petróleo, una corrupción galopante y unos derechos y libertades "asegurados" por la "Espada más limpia de occidente", como lo calificó el Mariscal Petain. La guerra civil española mató a 500.000 personas directamente, y a otras 500.000 por el hambre, pobreza, represalias y enfermedades asociadas. Un millón de personas. ¿Dónde está la limpieza? ¿Se puede ser limpio firmando los "enterados" de las penas de muerte a la hora del te?, y sobretodo, ¿hacerlo sin remordimientos? ¿Vosotros podríais dormir por las noches?

Lo dicho, realmente estaban al borde del abismo y dieron un paso adelante. Por la vida de nuestros padres y abuelos, Franco podría haber dado ese paso adelante solo y dejar al resto de los españoles como estaban, que seguro que les habría ido mejor.