Volvemos con otra frase de Einstein (recordad la primera entrada... esa de la estupidez humana y el universo). La verdad es que este buen hombre nos dejó un sinfín de grandes frases o reflexiones, y casi se podría hacer un blog monográfico de su aportación a la filosofía, y evidentemente, a la física.
Una vez que Einstein ya era el físico más famoso del momento, gracias a su teoría de la Relatividad (por la que nunca ganó el Nobel ya que el responsable de su evaluación para el premio no la entendió y pensó que podría ser falsa), se marcó el objetivo de unificar todas las leyes físicas en una única ley; la ley de campo unificado, o más conocida como la Teoría del Todo. Objetivo bastante ambicioso, ya que pretendía juntar en un único postulado la gravedad y el electromagnetismo.
Pero en aquella época ya se estaba desarrollando una nueva física que abrió un abanico de resultados inesperados; la física cuántica. Esta nueva física (y si hay algún físico le ruego que me perdone) explica lo que pasa a nivel subatómico, lo que no se podía explicar mediante la física clásica. Uno de estos resultados inesperados es el principio de indeterminación de Heisenberg. Este principio revela que para partículas subatómicas no se puede conocer exactamente la velocidad o la posición de la partícula al mismo tiempo, con lo que se añade un factor de "incertidumbre" y de probabilidad a la física. Y como consecuencia, un electrón que forma parte del teclado de mi ordenador, según la física cuántica, en un microsegundo podría pasar a estar en Pernambuco (Brasil), ya que físicamente será posible (no contradice ninguna ley física), pero se basará en una probabilidad de que eso suceda.
Pero volvamos al amigo Einstein. Einstein creía en lo que se denomina "Determinismo científico", que es una corriente científica que expresa que todo suceso depende estrictamente de lo que ha pasado y que no existe ninguna componente de azar. Vamos, que si conocemos la ley que regula el comportamiento de lo que sea, podremos saber como se va a comportar en el futuro si conocemos todas las variables que le afectan. Vamos, que el determinismo científico no acaba de encajar bien el principio de indeterminación de Heisemberg. Y es cuando Einstein soltó su frase: "Dios no juega a los dados". Es decir, Dios no deja nada al azar. Quizás sea una cuestión estética. Pero como hacedor omnipotente (Einstein era creyente), Dios lo hará lo mejor posible y eso incluye una "física" simple y determinista, sin margen al azar. Vamos, que según Einstein, el manual de funcionamiento del mundo diseñado por Dios es una "Teoría del Todo".
Y ahora nos podemos preguntar: ¿Dios juega a los dados? Pues la respuesta dependerá de si eres católico, protestante, judío o adventista del séptimo día según sea martes. Es lo que se conoce como "Libre Albedrío", o dicho de otro modo: ¿Ya está todo determinado o tenemos capacidad para cambiar nuestro futuro (visto desde un modo teológico)?
Pues si eres católico, judío, cristiano ortodoxo o de alguna iglesia reformista, pensarás que tienes la capacidad de cambiar tu futuro, que Dios ha puesto las reglas y cada uno decide si juega según ellas o no (y ya lo pagarás en el Juicio Final).
En cambio si eres calvinista u otro tipo de reformista, no tienes nada que hacer. Dios ya a escogido por ti. Échate en el sofá y espera acontecimientos... Y si eres ateo, seguirás el "libre albedrío", pero francamente, te importará más bien poco, y si eres adventista del séptimo día según sea martes, pues no sé qué opinas del tema. Pregúntaselo a tu pastor.
Así pues, haciendo una analogía, podríamos decir que la física clásica es calvinista, mientras que la física cuántica es bastante católica... Lo que es extraño es que Einstein, siendo judío como era, no le diera a la física capacidad para el libre albedrío... pero no me voy a meter a teólogo...
Pero si sólo pensamos en aspectos científicos, va a ser que Dios sí juega a los dados (la física cuántica parece que funciona bastante bien), y como dijo Stephen Hawking: "Dios no sólo juega a los dados, sino que los tira dónde no podemos verlos".
Y para finalizar, una recomendación y una curiosidad: La recomendación es el libro "El zoo cuántico" de Marcus Chow. Un libro que explica la física cuántica y la teoría de la relatividad para gente normal (no hace falta ser físico teórico...). Os lo recomiendo enormemente, porque, además, está escrito de un modo muy ameno y con muchos ejemplos curiosos.
Y la curiosidad es que gracias al Principio de Indeterminación, el teletransporte de "Star Trek" no puede existir, con lo que tuvieron que "inventar" el "compensador de Heisenberg" (¿?) para que el transporte funcionara. Un día le preguntaron a Gene Roddenberry (creador de la serie) cómo funcionaba este aparato, respondiendo el amigo que "Muy bien". Aún así, se detecta la superioridad de "Star Wars" sobre "Star Trek" ya que los primeros no se "inventan cosas raras" Todo se explica con la "Fuerza".